Cuando la mujer va de compras


Aunque dentro del colectivo de mujeres existen marcadas diferencias según la edad, el nivel educativo, los ingresos y los gustos, hablamos de un segmento que compra una variedad increíble de productos y servicios.

La sociedad actual se deja llevar por el consumismo y en bastantes ocasiones las mujeres protagonizan la denominada “compra compulsiva y caprichosa” que no corresponde con sus verdaderas necesidades.

Por lo general, una mujer que un día se embarca en la tarea de las compras, disfrutará mucho rebuscando entre las colecciones de accesorios y ropa o dándose una vuelta por las distintas secciones de calzado.

No se percatan del tiempo que les llevará realizar sus adquisiciones preferidas: Aprovecharán para rociarse de su perfume favorito antes de decidirse por uno concreto mientras escuchan plácidamente el hilo musical que suena en todo el centro comercial.

Además, se produce un hecho que se acaba repitiendo… Las féminas reaccionan con mayor intensidad que los hombres ante la actitud de los dependientes. Y es que “la falta de ayuda cuando se necesita” constituye un enorme obstáculo. Éste es el motivo más probable por el que las tiendas pierden negocio con sus clientes del género femenino. Ellas poseen mayores expectativas y son más conscientes a la hora de comprar.

Determinados estudios han puesto de manifiesto que tras el ejercicio de las compras realizadas por mujeres, se esconde un comportamiento que trata de eludir los problemas de la vida cotidiana.

En la ejecución de una compra emprendida por una mujer juega un papel crucial la comunicación que se hayan puesto en marcha. Los dependientes deben saber si el cliente está buscando un producto que no admite devolución, como por ejemplo un producto cosmético, o un producto más complejo, como un tratamiento o medicamento que se pueda vender sin receta. Para ayudar a los clientes en estas dos categorías tan diferentes de bienes se necesitan diferentes estilos de comunicación.

Deja una respuesta