La estabilidad de una historia de amor también está marcada por la madurez de las dos personas. Por ello, para tener una relación de estas características te invito a poner en práctica los siguientes consejos.
En primer lugar, cuida mucho la comunicación. La comunicación lo es todo dentro de una pareja: las palabras adecuadas pueden acercarte al otro, hacer que la otra persona quiera estar a tu lado, o todo lo contrario. Cuando vas acumulando heridas emocionales, poco a poco, llega la distancia y la indiferencia.
Para tener una relación de pareja estable, previamente, tienes que querer estar en esa etapa de tu vida. Si crees que aún no ha llegado tu momento para comprometerte, entonces, no juegues con las expectativas de nadie, sé sincero y di qué piensas.
Una pareja estable no tiene nada que ver con ideales románticos del tipo “ser dos en uno”. Todo lo contrario, cada uno tiene su personalidad, su modo de pensar y su forma de vivir. Por ello, también hay que negociar y llegar a acuerdos. Pero por esta misma razón, es más fácil que una pareja pueda enriquecerse mutuamente y disfrutar.
En el amor, las dos personas son complementarias. Por ello, merece la pena ser el apoyo del otro en la dificultad, acompañarle en un proceso de enfermedad, ante la falta de trabajo o en cualquier problema que quiebra sus energías reales. El amor no es tal cuando uno de los dos sale corriendo en los momentos de verdadero sufrimiento. Amar en la alegría siempre es más fácil, pero estar a la altura en el dolor es más difícil.
Para tener una relación de pareja estable, no te centres en la idea del para siempre, simplemente, vive el día a día porque así es como se construye una historia de muchas páginas.