La violencia verbal no solo muestra unos síntomas concretos sino también, unos efectos que suman todavía mayor dolor a la víctima. Una de las consecuencias directas de este tipo de violencia es la tendencia al aislamiento social que sufre la víctima cuyo centro se reduce principalmente a su pareja al sufrir una relación de dependencia que lo absolutiza todo y no deja espacio para nada más. La pérdida de amigos trae consigo un doble sufrimiento para la víctima que además de sentirse sola en sus planes de ocio siente que no tiene a quién pedir ayuda o con quién poder hablar de aquello que le sucede. Este tipo de soledad también puede afectar al plano familiar cuando la víctima tiende a tener un menor contacto con sus seres queridos.
Efectos negativos que sufre la víctima
La violencia verbal muestra el impacto psicológico que tienen las palabras feas en el ánimo de la persona hasta el punto de poder hundir la autoestima de quien se siente tratado como objeto. El sufrimiento por una relación de pareja insana afecta de forma directa a la autoestima profesional: sensación de falta de valía en el cumplimiento de los objetivos, estrés constante, miedo a las consecuencias de un posible error, dificultades para mantener la concentración en horario de oficina e infelicidad. La infelicidad personal salpica de forma directa al ámbito profesional.
Efectos en la salud emocional
Desde el punto de vista de la salud, la agrasividad verbal puede derivar en depresión, acompañada por cambios bruscos de humor sin una conexión lógica de causa y efecto. La víctima siente cómo el paso del tiempo acompañado de palabras hirientes debilitan sus fuerzas físicas y mentalmente para hacer frente a las gestiones de la rutina cotidiana. La violencia verbal aumenta las preocupaciones que impiden el descanso correcto pudiendo sufrir también pesadillas.