Compórtate como su mejor amigo


Muchas veces, hay personas que viven más a la espera de lo que hagan los demás. Es decir, no toman la iniciativa del mismo modo. Sin embargo, ten en cuenta que así como tú esperas ciertas cosas y actitudes de aquellos que te rodean, quienes te quieren o te aprecian también depositan en ti su confianza o sus expectativas. Intenta no defraudar a aquellos que apuestan por ti y se preocupan. Sencillamente, porque la vida es más bonita en la medida en que compartes lo bueno y también, lo menos agradable.

Para recibir, es mejor dar primero. En la medida en que te implicas de verdad en las relaciones sociales o que intentas integrarte en un entorno determinado, también crece tu autoestima. El sentimiento de pertenencia aporta bienestar. No se trata de que tengas que llevarte bien con todo el mundo, sino con aquellos que de verdad te transmiten algo positivo en tu vida. A veces, hay que dar más de una oportunidad a los demás, pero está claro que así es como se comporta también un buen amigo.

La amistad no sólo es un regalo que surge entre dos personas que comparten tiempo, confianza y planes en común. La amistad también se puede producir en la familia, por ejemplo, en la relación entre dos primos. Y por supuesto, una relación de pareja es mucho más bonita cuando también hay amistad de fondo.

Los valores éticos que rigen el comportamiento de un buen amigo son: escucha activa, comprensión, perdón, iniciativa, apoyo… Valores que están directamente vinculados con las habilidades sociales. Habilidades que se pueden mejorar y perfeccionar a lo largo de toda una vida pero que constituyen el marco de acción de una vida plena desde un punto de vista emocional. En cualquier momento de la vida es posible hacer nuevas amistades, por ello, no te cierres puertas.

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