El ser humano, desde un punto de vista emocional, aspira a la seguridad. Sin embargo, en el inicio de las amistades y del propio amor, en general, la ilusión y la euforia de la novedad, hace que podamos ser imprudentes a la hora de poner expectativas desmedidas en personas que no merecen tantas aspiraciones. De ahí, que luego se produce la decepción, el sentimiento de dolor o la sensación de haber perdido el tiempo.
En esencia, de todo se aprende, por ello, toma cualquier tipo de experiencia como una forma positiva de aprender y de dar valor a aquellos que de verdad, merecen tu respeto y todo tu cariño. ¿Cómo puedes saber en quién confiar y en quién no? En primer lugar, deja que la otra persona te demuestre que te valora y que le importas. Es decir, no se trata de que esa persona te importe a ti sino de que sea algo recíproco. Por otra parte, si te encuentras en una situación en la que tienes que dar una y mil oportunidades al otro, entonces, ten en cuenta de que algo no va bien. Y lo que es peor, tú estás siendo cómplice de alargar la situación de una forma desmedida.
Para saber en quién puedes confiar y en quién no, es importante encontrar ese difícil equilibrio entre dar una oportunidad a los demás, pero a la vez, protegerte. Es decir, no se trata de contar tus mayores secretos e intimidades a alguien a quien acabas de conocer. El tiempo dirá cómo evoluciona esa historia. Por ejemplo, no debes confiar en una persona que tiene tendencia a mentir, que tiene poca capacidad de cumplir los compromisos o que no te trata como mereces. Elige a personas en tu vida que estén a la altura de las expectativas que te has marcado.
cuando te interesa alguien luchae por el pero ke sea alguie ke vale la pena
excelente articulo :)