Una primera cita puede ser el inicio de una larga historia, o por el contrario, puede truncar un posible romance. Existen diferentes causas de fracaso en una primera cita. Una de las causas más importantes es la de la falta de química y de atracción física. Este punto no se puede forzar puesto que se produce de una forma natural, por ello, en caso de que dos personas no sientan que se gustan lo suficiente, no hay nada que hacer.
La falta de conversación también suele ser uno de los grandes enemigos en la primera cita. Los nervios habituales del primer encuentro y la falta de confianza pueden hacer que el encuentro sea aburrido por falta de intereses comunes en la conversación. Para superar esta barrera lo mejor es ser uno mismo y no fingir para evitar el autoengaño y engañar al otro. Puede que dos personas no encajen como pareja pero puede suceder que de una primera cita surja una bonita amistad.
Existen otros detalles que también se valoran de una forma muy negativa en una primera cita. Por ejemplo, que uno de los dos sea muy tacaño a la hora de pagar. Otro grave error es atender al teléfono y hablar con una persona cuando estás intentado conocer a otra. La falta de puntualidad también produce una mala imagen.
Los errores de una primera cita en más de una ocasión, se pagan. Pero conviene relativizar el valor de ese primer encuentro puesto que es imposible controlarlo todo. Por tanto, es mejor estar preparado para que las cosas puedan salir bien pero también, para que puedan salir mal. Es posible no sentir afinidad con la otra persona y tener un modo de ser muy diferente. En relación con este tema, los prejuicios suelen ser los grandes enemigos de una primera cita a la hora de juzgar a otra persona sin conocerle en verdad tal y como es.