Existe un error bastante habitual en algunas parejas. Y es el de hacer como si no pasara nada ante ciertos temas. La realidad es que la indiferencia no es real, ya que a nivel interno, existe rabia, enfado y frustración. Por ello, cuando hay un conflicto interior en el seno de una relación de amor, es indispensable hacerle frente, dedicarle tiempo y buscar soluciones.
Tampoco sirve de nada la preocupación constante, es decir, estar todo el día pensando en el mismo tema. Sencillamente, se trata de vivir el presente, atendiendo las demandas que plantea la propia relación. Por ejemplo, puede que en el momento de tener un niño, haya que reajustar las cosas si uno de los dos no está igual de implicado en el cuidado del niño y en las labores de la casa. Las personas merecen una oportunidad y muchas veces, no actúan de mala fe. Sencillamente, necesitan a alguien que les haga darse cuenta de que no están actuando del modo correcto.
En ciertos casos, también es positivo acudir a una terapia de pareja cuando la situación de malestar en una pareja es muy grande. Conviene hacer uso de todos los recursos antes de llegar a un divorcio. La separación se produce precisamente cuando ha sido imposible resolver los conflictos.
Existen conflictos interpersonales en todos los ámbitos de la vida. Por ejemplo, en el trabajo, es posible tener discusiones o diferencias de opinión con un compañero. Del mismo modo, en la amistad no es todo de color de rosa sino que también, hay que ceder por ambas partes y tener capacidad de sacrificio. En el terreno familiar, los conflictos pueden ser mucho más difíciles de afrontar, sin embargo, existen casos de hermanos que no se hablan desde hace años. Los conflictos pueden superarse, sin embargo, cuando no se resuelven acaban con cualquier vínculo afectivo.