El amor es un concepto muy general, y no siempre se aplica de la forma adecuada a la realidad de una relación de pareja. Se puede llamar amor a algo que en realidad, no lo es. De ahí que la negatividad del falso amor hace mucho daño a los protagonistas de una historia que sufren por seguir enganchados a algo que en realidad, nunca es tal y como les gustaría.
Amores tóxicos
Un claro ejemplo de amor negativo queda reflejado en el esquema de amor tóxico que se rige por la ley del “ni contigo, ni sin ti”. Relaciones que están marcadas por una extrema intensidad en lo positivo y en lo negativo. Las discusiones se producen fuera de control, y los reencuentros también se viven al límite de la emoción.
En este tipo de historias, es la emoción lo que engancha, esa emoción que causa la sensación de estar vivo. Sin embargo, conviene recordar que la verdadera felicidad del amor es la que se vive en la felicidad serena.
El amor sano
El amor saludable es aquel que suma a tu vida bienestar, ilusión, estabilidad, confianza, seguridad… En cambio, el amor insano es el que te roba de golpe todo esto. Está en tu mano tomar decisiones, hacer cambios en tu vida en base a tu propio bienestar, en caso de que hayas caído en la trampa de una historia que día a día, te quita la ilusión del aquí y el ahora.
Ningún amor vale más que tú y tu salud, por tanto, elige a la persona adecuada para compartir tu vida y corta pronto las alas a una relación negativa porque esa historia no está respaldada en un pilar sólido. Por tanto, luego la caída puede ser muy dura a nivel emocional.
¿Y como se puede pasar de un amor negativo o toxico a una relación normal basada en un pilar sólido?
Rompiendo esa relación para que las dos personas se den la oportunidad a sí mismas de tener una relación mejor en el futuro con alguien diferente. En caso de querer seguir apostando por esa relación, puede ser aconsejable hacer una terapia de pareja.