Afrontar la verdad de una decepción


Detrás de una decepción existe una gran verdad, una certeza que es mejor valorar cuanto antes para poder valorar las cosas tal y como son. A nivel emocional, existe un efecto negativo y es que cuando alguien te importa por algo, te centras únicamente en tu sentimiento y dejas de lado aquello que pueda sentir la otra persona. Pasa en el amor pero también, pasa en la amistad: las expectativas no siempre son correspondidas, aquello que tú esperas del otro no siempre es lo mismo que otra persona espera de ti. Cuando una persona te decepciona te duele. Y en medio de ese dolor, conviene hacer una reflexión porque no siempre hay que tirar la toalla, es decir, las personas merecen segundas oportunidades porque todo ser humano se equivoca.

Sin embargo, sí es muy importante observar la actitud que tiene otra persona cuando sabe que ha actuado de una forma poco honesta. Si se comporta como si no hubiera pasado nada, si le da exactamente igual saber que te ha hecho daño porque no muestra ningún tipo de arrepentimiento en su actitud, entonces, sigue tu camino. Por ejemplo, si es alguien que ni siquiera te ha pedido perdón entonces, no pierdas ni un minuto de tu vida dando valor a una persona así.

En cambio, sí es una persona en la que ves arrepentimiento sincero, entonces, ese obstáculo puede ayudar para fortalecer la relación y para uniros más todavía a largo plazo. Por supuesto, este proceso de reconciliación no es tan ideal, pero un buen día, descubres que merece la pena pasar ciertas cosas porque a largo plazo, la recompensa es mucho mayor. Muchas personas se niegan a aceptar las decepciones porque no quieren ver las cosas tal y como son. Quiérete a ti mismo antes de querer a otro.

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