La felicidad en la vida, ya sea en el plano sentimental o en la relación con los amigos, muere cuando te enfocas en la carencia. Es decir, en aquello que te falta. Y sin embargo, esto es algo que hacemos con relativa frecuencia, es decir, tendemos a enfocarnos en aquello que nos falta dando un peso máximo a ese elemento. ¿Y qué cosas no puedes recuperar por mucho que te empeñes?
El tiempo
Las horas vividas a medias, los días que no han sido disfrutados de un modo consciente, los meses perdidos en la inercia de la prisa ya no vuelven. Por mucho que te esfuerces no tienes el poder mágico de vivir el pasado desde el presente. Tienes la oportunidad de crear una nueva realidad ahora, pero no tienes el poder de cambiar el ayer.
El enamoramiento del primer día
Podrás vivir otros estados sentimentales incluso más importantes. Sin embargo, en una relación de pareja estable cuando con frecuencia surge una añoranza de aquel momento, conviene puntualizar que es imposible volver al estado de idealización de aquellos primeros días de citas interminables. La perspectiva que cada uno tiene del otro ha cambiado respecto a aquel momento.
Un amor no correspondido
Si es no correspondido, la misma palabra lo expresa. Se trata de un lazo imposible puesto que solo existe interés por una de las partes. Es evidente que en la vida existen giros inesperados, sin embargo, cuando vives una historia de estas características es mejor cerrar la puerta. Y no seguir insistiendo porque lo que puedes perder entonces es tu autoestima.
Juventud física
El tiempo pasa de un modo inevitable. Cada etapa tiene su belleza. Sin embargo, la belleza de la vida no reside en vivir en un estado de permanente juventud puesto que es imposible. Es decir, la huella del paso del tiempo deja su reflejo en la piel.