En la vida, todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, es decir, no existe la situación ideal sino que es importante aprender a ver el lado bueno de cada etapa para sacarle el máximo partido.
Compartir el presente
Vivir acompañado implica compartir momentos cotidianos en el hogar tan sencillos como ver la televisión o comer en compañía. En este sentido, existen muchas formas de compañía, no sólo la de la pareja. Cada vez existen más personas que en la crisis económica, alquilan piso con otros compañeros para sobrellevar los gastos.
Menor sensación de soledad
La sensación de soledad que se tiene al vivir en compañía es menor. Sin embargo, por contraste, conviene destacar que existen momentos en los que personas que viven acompañadas añoran la libertad de poder llegar a casa y estar solas plenamente.
La sencilla libertad de poder cambiar el canal del mando a distancia sin consultar con nadie más, también se valora.
Reparto de las tareas domésticas
Las personas que viven en compañía también pueden realizar un calendario con la elaboración de las tareas domésticas que marque de una forma equitativa las funciones de cada uno. Cuando existen varias personas viviendo en un mismo hogar, es más fácil elaborar esta lista teniendo en cuenta las preferencias de cada uno.
Tener ayuda
Cuando una persona vive en compañía cuenta con ayuda en su día a día ya que una de las bases de la convivencia agradable es la cooperación. Una cooperación que puede aplicarse a distintos ámbitos. Por ejemplo, puedes contar con ayuda para hacer un recado al que tú no puedes acudir.
Hay alegría en casa
Una casa es un lugar para vivir, por tanto, cuando existen varias personas en un hogar también se transmite una alegría especial.