Cuando una persona se casa con otra no sólo establece un compromiso de pareja sino que, de una forma indirecta, establece una unión mucho más estrecha al tener que relacionarse también con las respectivas familias. Está claro que existe la libertad de no hacerlo pero la calidad de la relación también se resiente en negativo porque cuando una persona ama y se siente amada por otra, aspira a sentirse valorada de verdad en todo su conjunto. Y esto implica la aceptación de sus relaciones sociales. Querer a una persona pero no querer conocer a su familia es como querer alejarle de sus raíces. Algo que va en contra de la esencia del propio amor.
La suegra nunca será tu madre
La suegra nunca será como tu madre, es decir, es mejor evitar las comparaciones y no tener unas expectativas equivocadas sobre el tipo de vínculo. Pero la suegra sí puede ser una persona cercana en tu vida con la que compartir momentos familiares.
Se trata de una relación compleja que en ocasiones se ve ensombrecida por los celos y la rivalidad. Sin embargo, con el tiempo y el paso de los años, la convivencia aporta la oportunidad a todos los miembros de una misma familia de valorar lo bueno del otro.
Qué hacer si tienes mala relación con la suegra
Si siempre chocas con tu suegra al hablar de ciertos temas, entonces, evita tocar esos asuntos para evitar el enfrentamiento. Del mismo modo, reduce un poco más el contacto con ella sin que eso implique que tu pareja también lo haga.
Cuando tengas que desahogarte sobre tu mala relación con tu suegra no lo hagas con tu pareja y trata este asunto con alguien ajeno al conflicto.