La falta de amigos pesa y duele, pero la situación se complica porque en muchas ocasiones, cuando alguien atraviesa una situación de vacío social no comenta con nadie cómo se siente por vergüenza o temor a qué pensarán los demás. La falta de amistades empobrece el tiempo de ocio pero también, la persona se siente más frágil y débil en tanto que tener una red social te aporta la fortaleza propia del sentido de pertenencia. Aquellos que no tienen amigos se sienten diferentes, e incluso, ante el vacío pueden llegar a cuestionarse a sí mismos, por ello, su autoestima también se resiente. ¿Qué hacer ante la falta de amigos?
En primer lugar, pensar que hay mucha gente en el mundo, y de hecho, otras muchas personas también se encuentran en una situación similar a la propia. Por ello, puedes conocer gente interesada en tener nuevos amigos. No pierdas la paciencia. Además, piensa que no existe ninguna situación eterna. Todo el mundo tiene alguna etapa en su vida con menos planes sociales. Muchas veces, las circunstancias cambian y se pierde el contacto con personas cercanas. En situaciones así, es básico tomar como un aliciente positivo el hecho de reconstruir de nuevo el círculo social desde cero.
Lo que nunca se debe hacer es dar normalidad al hecho de no tener amigos. Incluso las personas más solitarias quieren tener a un confidente con quien poder hablar de temas importantes. La amistad es una necesidad vital que te alimenta el alma, la ilusión por la vida, y la ganas de compartir.
Cuando los amigos fallan, entonces, tienes que buscar otros apoyos emocionales como tu familia o tu pareja. Incluso, las relaciones laborales también pueden aportarte bienestar, pero se trata de vínculos más superficiales. No te culpes por las amistades que has perdido porque cualquier momento es bueno para empezar de nuevo.