El amor está marcado también por la vanidad. Sin embargo, en este caso, se trata del falso amor. Las personas con exceso de ego pueden seguir alimentando las falsas expectativas en una tercera persona, simplemente, por pura soberbia, por el placer que produce saber que alguien siente interés. ¿Qué puedes hacer cuando te encuentras con alguien que tiene exceso de vanidad?
En primer lugar, identificar la situación que puede ser el paso más difícil. Las personas que son vanidosas tienden a hablar en exceso de sí mismas por lo que se interesan poco por los demás. Pero cuando se implican en relaciones sociales también lo hacen desde el complejo de superioridad que se refleja en el pensamiento de “Soy mejor que tú” o «nunca me tendrás».
Las personas vanidosas son muy exigentes en el amor y esperan que su media naranja cumpla con unos requisitos muy elevados no sólo en cuestión de carácter y actitud, sino también, de belleza física. Es normal que cualquier persona se sienta halagada cuando sabe que despierta interés en otra. Pero de ahí a alimentar las expectativas de una forma falsa, va un abismo.
¿Qué hacer para matar el ego y actuar de una forma coherente? Ser honesto no sólo con el otro sino también, con uno mismo. La otra persona se merece encontrar el amor y no estar perdiendo el tiempo en una historia que le hará sufrir demasiado. Pero además, la vanidad nos conecta con la parte más superficial de las relaciones sociales, nos impide ir a lo profundo de conocer el corazón ajeno. Para ello, conviene recordar que el mundo no gira alrededor del yo sino del nosotros que queda reflejado en el concepto de sociedad.
¿En alguna ocasión te enamoraste de una persona con un ego desmedido y mucha soberbia?