La atracción física remite a esa química que hay entre dos personas. Una química que se siente con intensidad y que en ocasiones, lleva el nombre de flechazo. Sin embargo, la atracción física no siempre deriva en amor. De hecho, es posible que alguien que está en pareja pueda sentir también atracción por otras personas. ¿Cómo lograr que la atracción física vaya a más y no muera?
En esencia, nadie puede controlar al cien por cien este proceso, sin embargo, a través de la actitud es posible dar lo mejor de uno mismo cuando nace un interés real. En primer lugar, es bueno hacer todo lo posible por conocer al otro, pero todavía es más importante, que te dejes conocer, te muestres tal y como eres, compartas tus inquietudes, tengas conversaciones interesantes… La atracción física muestra el plano más superficial de la relación entre dos personas, por ello, la única forma de saber si existe algo más profundo detrás de la atracción es entrar en el plano emocional. No te muestres como alguien distante e inaccesible, ya que lo más probable es que la voluntad del otro se debilite.
Por otro lado, la atracción también tiene más opciones de crecer en la medida en que existe la posibilidad de seguir viendo a la otra persona. Es decir, si por ejemplo, al poco tiempo, la otra persona se marcha a estudiar durante seis meses a otro país, existen muy pocas opciones de que esa historia evolucione más allá. La distancia produce la indiferencia entre dos personas que únicamente, sienten química. Porque además, la vida sigue y cada uno conoce a nuevas personas en su camino. Por tanto, surgen nuevos intereses.
La atracción física muestra el plano físico del amor. Por tanto, para potenciar dicha atracción, cuida tu imagen e intenta resaltar tu atractivo a través del look con el que te sientes bien. Existe una película positiva para mostrar que la atracción no es suficiente: Todos los días de mi vida. Película de la que está tomada la imagen de este artículo.