Con frecuencia, se habla del amor para toda la vida con el objetivo de poder encontrar una relación de pareja perfecta. Sin embargo, no se suele hacer tanto hincapié en la satisfacción de poder tener algunos amigos para siempre. Es decir, amistades que superen los obstáculos a través de la generosidad mutua y del perdón. Los verdaderos amigos son aquellos que comparten contigo tus momentos de dificultad y sufrimiento.
Por tanto, es fácil tener a muchas personas para hacer planes y divertirte. Sin embargo, no es tan fácil que alguien se esfuerce por acompañarte cuando no te sientes bien. Esta es una de las razones por las que cuando descubres a un amigo que es de verdad, que te escucha, te comprende, guarda tus secretos al cien por cien, entonces, has descubierto un tesoro. Alguien que no te traicionará nunca porque sencillamente, te quiere. Es decir, la amistad también tiene su base en el amor.
¿Qué beneficios produce la amistad verdadera a nivel anímico? Por una parte, aporta sensación de compañía. Todos necesitamos tener testigos de vida. Poder mirarnos ante el espejo de la mirada ajena. Además, en un momento de dificultad, el consuelo de un amigo te hace sentir mejor porque como explica Tomás de Aquino, la tristeza es más leve cuando se comparte entre varias personas.
Dos amigos verdaderos son aquellos que pueden hablar de sí mismos con total normalidad y mostrar su alma sin ningún tipo de máscaras ni artificios. El lado positivo de la amistad es que en cualquier momento de tu vida puedes encontrarte con una persona así. En ese momento, si de verdad te importa esa persona, no dejes escapar a alguien que de verdad te aprecia. En la vida, merece la pena aprender a dar importancia a quienes de verdad la tienen y quitársela a quienes no la merecen. Sólo así se alcanza el equilibrio de vivir con sabiduría.