Los prejuicios en las relaciones personales son muy peligrosos y la verdad es que existen y se producen con cierta frecuencia. De hecho, es inevitable que en un primer momento, nada más conocer a otra persona, te hagas una idea de cómo es. Es decir, de su modo de pensar, de sus valores y de otros aspectos de su personalidad. Se trata de una forma de proyección que surge a partir del propio modo de pensar.
Pero además, al ser humano le es imposible no comunicar. Esta es una de las razones por las que, por ejemplo, se recomienda cuidar tanto la imagen en una entrevista de trabajo. Y es que, la imagen física también aporta una imagen emocional que no siempre es acorde ni mucho menos. Por ello, en la amistad y también en el amor es esencial dejar de lado los prejuicios.
Incluso a veces, es importante dar más de una oportunidad cuando estás en el proceso de conocimiento ya que allí es cuando pueden producirse más desencuentros. Cuando no se conoce bien al otro es fácil meter la pata. El tiempo y la buena voluntad hacen el resto. También el cariño y la paciencia.
En general, las personas que han viajado mucho, que han conocido a mucha gente diferente, tienen muchos menos prejuicios que aquellos que siempre han vivido en una misma ciudad. Sin embargo, también existen muchos mitos alrededor de la impotancia de viajar porque por ejemplo, Kant es uno de los filósofos más importantes de la historia del pensamiento, fue capaz de construir un sistema de prestigio y, sin embargo, viajó poquísimo. Siempre vivió en su ciudad natal. No olvides que también puedes viajar con tu imaginación, los libros y el cine. Los prejuicios son una barrera que a veces ponemos a los demás e interfieren en la comunicación de una forma negativa. Merece la pena corrregir este defecto.
Acordate de compartir con tus seres queridos porque ellos no van a estar ahi para siempre. Y siempre acordate la vida no se mide por el numero de veces que tomemos aire sino por los momentos que nos quitan el aire..Photo uploaded at 10 56 PM…