El romanticismo no debe de ser un acto esporádico que se produce cada tres meses, sino más bien, un modo de ser que consiste, sencillamente, en hacerle la vida agradable y bonita a tu pareja. No necesitas hacer cosas muy llamativas para poder ser un romántico en tu día a día. Puedes ir a esperar a tu pareja al trabajo por sorpresa y después dar un paseo juntos o tomar algo. Por la mañana, puedes prepararle el desayuno que sabes que le gusta.
La verdad es que la convivencia a veces es dura, y la rutina diaria, en medio del cansancio, los cambios de estado de ánimo y los problemas también puede llegar a resultar asfixiante en ciertos momentos. De ahí el mérito de trabajar una relación día a día porque es la única forma de poder luchar contra el sabor amargo de la rutina o de la monotonía. Algo que resulta imposible cuando dejas que los problemas del trabajo afecten a tu vida privada y te llevas las preocupaciones de la oficina a tu casa. Sin duda, una mala compañía para el amor que es cosa de dos.
¿Cómo puedes ser romántico en el día a día? Hablando a tu pareja siempre con amabilidad y respeto. Mostrando el cariño en los más mínimos detalles. Puedes darle un beso siempre que llegues a casa. Preocúpate por sus cosas y también, interésate por su familia y por sus amigos. Intenta mejorar el amor asumiendo que es una responsabilidad propia aprender a amar mejor.
Por supuesto, podéis ver una peli romántica en la televisión, disfrutar de una cena íntima, escuchar música de amor, hacerle un regalo sorpresa… Las opciones son muchas y muy variadas. Simplemente, para ser romántico, debes de querer a tu pareja de verdad tal y como es y sentirte bien a su lado.