La trayectoria amorosa que ha presidido tu vida ha sido la de estar con chicas demasiado bellas pero que al final te han acabando engañando con otros. No desear volver a sufrir episodios tan fuertes de desamor.
También estás harto de “picar de flor en flor”. Los escarceos pasionales que te brindas de vez en cuando te vuelven loco… Pero has entrado en un círculo vicioso salpicado por la maldita rutina.
Para colmo, tus mejores amigos, aquellos con los que compartías los momentos inolvidables para ligar, se han emparejado.
Te preguntas a menudo por los requisitos que debe poseer una mujer 10: Inteligente, divertida, trabajadora y con suficiente feeling que despierte los sentidos.
Ahora tú sólo quieres recibir verdadero amor. Te conformas con una mujer sencilla, que rebose naturalidad y que te enamore su sonrisa. Entre tus planes con ella se encuentran las excursiones tranquilas a la naturaleza, las sesiones en la gran pantalla, las cenas románticas y si todo va viento en popa, el paso hacia la convivencia. Buscas “algo seguro”, que te proporcione paz.
Ha llegado la hora de plantearte si realmente tú estás preparado para ofrecer amor. Si has superado el mal sabor de boca de las relaciones anteriores y renuncias a los encuentros esporádicos, éste es tu momento.
Sólo queda dejar que el destino te traiga a tu media naranja. O por el contrario, forzar las circunstancias ampliando tus amistades con el fin de que algún día, a través de ellas, conozcas el auténtico amor.
Lo más importante es que has aprendido que amar y ser amado es una asignatura difícil de aprobar. Unas veces amas, otras te aman… Frecuentemente ser correspondido equivale al popular refrán: “Esto es más complicado que encontrar una aguja en un pajar”. Ante todo, no hay que desanimarse y continuar luchando por hacer realidad lo que firmemente crees.