Las ventajas de ser idealista en el amor


¿Eres idealista o realista en el amor? La realidad es que conviene encontrar la justa medida, es decir, sería positivo que tuvieras momentos de idealismo y de ensoñación pero que supieras combinarlos a través de la racionalidad con el realismo para centrarte en tu situación. Cada actitud te aporta unos beneficios diferentes, por ello, ser idealista también tiene unas consecuencias positivas y negativas sobre tu estado de ánimo.

Tener la capacidad de ver el lado bonito de la realidad y de soñar, te permite disfrutar de una forma muy intensa del inicio de una historia de amor, es decir, de ese instante en el que empiezas a sentir algo especial por la otra persona. Sin embargo, una vez dicho este punto, también es verdad que en caso de que las cosas no vayan bien, la caída posterior será mucho más fuerte. Será ahí cuando aterrizarás en la realidad más cruda.

Por otro lado, generalmente, las personas idealistas se creen capaces de luchar y de soñar con lo imposible. No importa el precio que tengan que pagar por conseguirlo. Además, también son románticas precisamente, porque el romanticismo es una de las bases de la idealización.

Las personas idealistas creen firmemente en el amor, incluso, han podido vivir algún amor platónico. Cuando están en la fase de realismo, pueden desconfiar, sin embargo, en el momento en que la ilusión vuelve a surgir, entonces, la convicción renace con más fuerza. Ser idealista es bonito en ciertos momentos, la verdad es que así como hay situaciones en las que vale la pena ser realista, hay otras en las que si no hicieses el esfuerzo por ser un poco soñador, tal vez, tirarías la toalla antes de tiempo sin ni siquiera haberlo intentado. Además, el amor es una de esas cosas que te hace ir más allá de ti mismo. Por tanto, invita a soñar y a creer en aquello que está más lejos de la realidad.

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