Los defectos propios y ajenos ponen a prueba el verdadero amor en una relación de pareja. Existen muchas relaciones que se rompen como consecuencia de las manías que se convierten en un obstáculo insalvable. Para que esto no ocurra es recomendable potenciar el valor de tres virtudes que son inherente al propio amor. ¿Cuáles son? La tolerancia es una de ellas. Ser tolerante con tu pareja al igual que esperas ser respetado y valorado por ser quien eres: una persona con defectos pero también, con muchas virtudes.
La tolerancia nos ayuda a tener una mirada más constructiva, valorando al ser amado en su totalidad. Cuando observamos los defectos de alguien tenemos una visión parcial de su esencia. Si quieres de verdad a tu pareja, abre los ojos con el corazón.
La paciencia
La paciencia es una manifestación del propio amor que además, es base del crecimiento personal y de la superación. Por tanto, para aceptar los defectos de tu pareja debes ser paciente para que cada dificultad no se convierta en motivo de discusión. Ser paciente y ser humilde son dos cualidades que se dan la mano ya que nos permiten tener mayor empatía cuando en lugar de creernos perfectos recordamos nuestra propia esencia.
La asertividad
Aceptar los defectos de la pareja no significa tolerarlo todo en una relación de pareja sino comprender que en un noviazgo o matrimonio siempre van a existir defectos. Para intentar motivar al otro en el cambio de algunas conductas es más efectivo ser asertivo que adoptar un estilo de comunicación agresivo basado en el ataque y en los reproches personales. Además, la asertividad también integra las virtudes previas: la humildad, la tolerancia y la paciencia. En la actualidad, muchos centros de coaching y psicología ofrecen cursos sobre comunicación interpersonal que pueden ser de gran ayuda para quienes desean mejorar el diálogo en el amor.