En el amor, hay veces que se puede arrastrar un gran sentimiento de culpa por diferentes cuestiones. Hay personas que incluso se culpan por algo de lo que no tienen culpa. Así sucede, por ejemplo, cuando no se asume el abandono de la pareja y se siente la decisión del otro como una carencia propia o una falta de valor personal. Ante este tipo de situaciones, debes darte mensajes positivos constantemente para no dejar que tu autoestima se venga al suelo. Eres una persona importante al margen de lo que opine una tercera persona, por ello, aprende a quererte para encontrar el verdadero amor.
En otras ocasiones, el sentimiento de culpa surge por haber dejado pasar un tren importante y con el paso de los años, surge el remordimiento, la duda de qué hubiese podido pasar y la tristeza. En general, con los años se tiende a idealizar muchos hechos del pasado que en realidad, puede que no hubiesen sido tan perfectos. Por tanto, aprende a vivir el presente y a conformarte con aquello que tienes porque la realidad es que tienes muchos puntos positivos en tu rutina diaria.
El sentimiento de culpa nace de la necesidad de buscar responsables a cosas que no siempre la tienen. El destino no se controla al cien por cien, por ello, aprende a vivir con ilusión y con más esperanza porque la aventura de la felicidad no necesita de ingredientes tan dañinos como la culpa.
Además, la culpa no conduce a ninguna parte. Te lleva a dar mil vueltas a una misma historia y te resta libertad. Esa libertad que necesitas para vivir con bienestar interior y para poder hacerte feliz a ti mismo y a aquellos que te rodean. Existen diferentes grados de culpa, pero incluso el más leve, causa dolor y pena.