Aquel que nunca ha tenido problemas con su pareja o en su matrimonio es una persona única en el mundo. La razón es muy simple y muy elemental. Todo aquel que se relaciona con alguien a cierto nivel de profundidad, inevitablemente tendrá sus diferencias. Algunos tienen diferencias mucho más marcadas que otros pero eso no significa que no hayamos pasado todos por momentos difíciles que poco a poco se han ido solucionando.
No siempre tenemos la madurez adecuada para resolver conflictos con la pareja. De hecho, siempre cometemos el mismo error de irnos al plano personal y hacer cosas que luego causan heridas y complican aun más la situación. Esas quejas constantes donde le decimos a nuestra pareja o nos dicen: “tú nunca”, “tu siempre”, “te lo dije”, “es tu culpa” entre otras, son las frases que empiezan una ruptura en las relaciones o al menos causan mucho daño.
Una de las formas más adultas y recomendables para comenzar a resolver conflictos con una pareja que está dañada es mediante el uso de la comunicación. La comunicación también se puede realizar con la ayuda de otras personas. Es la denominada terapia de pareja. En este tipo de terapia cada uno expondrá como se siente frente a un terapeuta y este llevará a ambos a un punto en el cual tendrán que tomar una decisión, pero con una actitud clara de lo que quiere.
A pesar de lo complejo que puede resultar la resolución de conflictos en un momento determinado, siempre es bueno matener el respeto por el otro y considerar a la otra persona siempre como si fuesemos nosotros mismos.