Existen situaciones en las que una persona puede cerrar la puerta a la posibilidad de amar y ser correspondida. Así ocurre cuando la persona se coloca una coraza de orgullo tras haber sido herida. Existen razones importantes por las que merece la pena abrir la puerta al amor.
No todas las personas son iguales
No todas las personas son iguales por lo que conviene no juzgar de un modo universal a los demás a partir de posibles experiencias sentimentales negativas tenidas en el pasado.
En caso de conocer a una buena persona en el presente que puede convertirse en una potencial conquista, sería un signo de falta de inteligencia emocional cerrar esa puerta únicamente porque puede volver a repetirse una historia similar. Es cierto, puede volver a suceder. Sin embargo, también puede que no ocurra.
La experiencia te ayudará a tomar decisiones más sabias
Además, tienes que confiar en tu experiencia porque te aporta una mayor intuición para tomar decisiones de amor con una mayor sabiduría. Gracias tus vivencias también te conoces mejor a ti mismo, sabes qué quieres y qué te conviene.
Gracias a tu pasado sentimental también puedes saber con mayor certeza qué cualidades importantes te gustaría que tuviese tu potencial pareja.
Vivir en letras mayúsculas
El amor forma parte de la vida y cerrar las puertas al amor es como dar la espalda a la vida de alguna forma. Conviene no vivir el amor con dramatismo ya que en caso de que se produzca un desamor debes de confiar en tus propios recuersos para superarlo.
No se trata de buscar pareja de una forma desesperada por miedo a la soledad, pero tampoco se trata de marcar una barrera ante el miedo de volver a sufrir. Ya que también produce mucho sufrimiento, esta forma de defensa equivocada.
¿Y si no tienes experiencia y tienes más de 30 años y llevas a cuestas amores no correspondidos?