Mal asunto cuando en una relación de pareja a uno de los dos se les pasa por la cabeza esta pregunta. Si esta cuestión hace acto de presencia es que algo falla o está empezando a fallar, no es un pequeño toque de atención, es una señal de alarma que no hay que despreciar para nada. El amor puede ser eterno, para toda la vida, pero también puede ser momentáneo, de unos meses, de unos años, y de repente acabarse por completo.
Hamlet decía “Ser o no ser, esa es la cuestión”, Cupido diría “Querer o no querer, esa es la cuestión”. Bendita cuestión para muchas parejas, miles, en las que el amor está presente todos los días, pero al mismo tiempo maldita cuestión para miles de parejas que esa cuestión se les presenta y no saben dar respuesta.
Si cada persona es un mundo, que decir ya de dos que además compartan su vida, más que un mundo, una galaxia. Una galaxia por explorar en el día a día, en los caracteres de cada uno, en las manías, en las virtudes y defectos de cada uno, en pocas palabras, en la convivencia.
Jean de la Bruyere, escritor francés del siglo XVII dijo esto: “Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja”. Dejando a un lado la sencillez en el amor, si hay una cualidad que hace del amor que sea el motor de nuestras vidas, esa es la verdad, que sea verdadero. ¿Quiero a mi pareja? La respuesta es sencilla: di la verdad.