Pretendes conocer a un hombre que encaje en tu proyecto de vida. Por esta razón, la persona especial que deseas que entre en tu intimidad debe tener ciertas habilidades sociales.
Su mirada ha de comunicar “destellos de amor”. La mirada mutua implica que se ha establecido «contacto ocular» con otra persona. Casi todas las interacciones de los seres humanos dependen de miradas recíprocas. Sabrás que el otro muestra interés hacia ti a través de su dilatación pupilar. También descubrirás si tiende a ser un individuo sumiso si, una vez establecido el contacto visual, es él el primero en dejar de mirar.
Una conducta socialmente habilidosa requiere una expresión facial que esté de acuerdo con el mensaje ¡Fíjate con detenimiento en las tres áreas del rostro encargadas de la expresión: La frente/cejas, los ojos/párpados, la parte inferior de la cara! Enseguida percibirás alegría, sorpresa, tristeza, miedo, ira y asco o desprecio.
Además, los gestos son fundamentales ya que tienden a comunicar alguna información. Las manos y, en menor grado, la cabeza y los pies, pueden producir una amplia variedad de gestos, que se emplean para una serie de propósitos diferentes. Por ejemplo, los movimientos desinhibidos pueden sugerir también franqueza, confianza en uno mismo (salvo que fuera un gesto nervioso) y espontaneidad por parte del que habla.
Y recuerda prestar suma atención a las posturas… Aquellas que reducen la distancia y aumentan la apertura hacia el otro son cálidas, amigables e íntimas. Las posiciones cálidas incluyen el inclinarse hacia delante, con los brazos y piernas abiertas, las manos extendidas hacia el otro.
A veces los componentes en los que se basan el atractivo y las percepciones del otro son el físico, la ropa, la cara, el pelo y las manos. Pero no olvides que para establecer una relación más duradera son otros los elementos que tienen más peso.