Te encuentras sumergido en un estilo y forma de pensar propio. Eres un gótico y, afortunadamente, dueña de tu corazón también es una persona gótica.
Ambos compartís un guardarropa con trajes espectaculares. Tanto tú como ella maquilláis vuestros rostros con un blanco fantasmal, la sobra negra hace resaltar vuestros ojos ¡y qué no falte el brillo rojo o negro en los labios! Para dar “ese toque” final os colocaréis llamativos adornos de joyería de plata.
Ambos os sentís profundamente atraídos por el arte, así entre vuestros autores clásicos favoritos están Dante, Lord Byron, Tolstoy y Edgar Allan Poe.
Si tuvierais que elegir una época histórica sin duda la que más se caracteriza con vuestra identidad es la Victoriana y Eduardiana… Y nada mejor que escuchar buena música, aquella que invita a la reflexión y que se centra en las funestas consecuencias derivadas del racismo, las guerras y la discriminación.
En realidad, disfrutas de todos los beneficios de una cultura moderna que puede ser definida como una combinación entre los hippies de los 60s y los punks de finales de los 70s.
Tú y tu pareja sabéis que las sociedades actuales oprimen todo tipo de individualismo y expresión propia. Las razones por las que decidisteis ser góticos son las siguientes:
Un modo de rebelarse. No hay por qué demostrar constantemente felicidad en unas estructuras sociales, culturales y económicas que suelen oprimir.
Fascinación por el lado oscuro. ¿Por qué la mayoría de las personas consideran un tabú esta parcela prohibida de la vida? Hay que romper barreras y disfrutar explorando las sensaciones que trae.
Sensibilidad y empatía emocional. Lo cruel que puede llegar a ser la existencia envuelve a los góticos en una atmósfera de tristeza. Generalmente el tipo de personalidad que crea al artista deriva de dicha melancolía.