Todo un abanico de técnicas de seducción entra en juego cuando conocemos a alguien que nos atrae. En un principio, toda relación de pareja cuenta con cuidados detalles, proporcionados por ambas partes, con el fin de revivir mentalmente los momentos agradables. De hecho, el deseo de compartir tu tiempo con la otra persona, potencia la relación y la nutre. ¿Cuál es la clave para mantener esa actitud tan favorable?
Lo primero que hay que fortalecer es revivir los recuerdos para rescatar intencionalmente aquellos instantes placenteros en que tu corazón se aceleró marcadamente con algún gesto de amor, por ejemplo, un beso pasional o un abrazo repleto de calor.
Aquellos que siempre viven enamorados suelen poner en práctica una sólida estrategia: Concentrarse únicamente en los buenos momentos vividos en compañía del ser amado.
Sin embargo, algunos especialistas señalan que lo que se establece en la fase inicial del enamoramiento no sirve como base para el conocimiento del otro porque hablamos de sentimientos que anulan la voluntad e incluso la objetividad para la escucha.
Y es que no se pueden abandonar al libre antojo los conflictos que pueden surgir y que inevitablemente ocurrirán. Así, el dinero, la sexualidad, las relaciones con la familia allegada y los intereses individuales son focos que pueden desencadenar confrontación entre los miembros de la pareja.
Podrán ser resueltos muchos inconvenientes si cada uno expresas sus sentimientos y preocupaciones de un modo honesto y sincero. En muchas ocasiones no queda otro remedio que aceptar el punto de vista del otro aunque se distancie en suma de tu razonamiento.
Nunca olvides que en una relación de pareja nada ha de darse por sentado. Es conveniente aclarar todos los aspectos que puedan “quitarte el sueño”. Si consigues disminuir tu grado de exigencia, es posible que el clima amoroso adquiera matices más tranquilos y surjan con frecuencia los momentos idóneos para conversar.