Las piscinas, públicas o privadas, y las inmensas playas con su mar como telón de fondo son lugares excitantes para desplegar los encantos que uno tiene… Ocasiones perfectas para ligar “a diestro y siniestro”.
Lo primero que sueles hacer, al igual que el resto de los mortales, es poner a punto tu físico. Por esta razón, acudes al gimnasio durante todo el año con el firme propósito de moldear tu figura de cara a la estación veraniega. Todo este proceso te dota de mayor seguridad al mismo tiempo que favorece tu salud, tanto exterior como interior.
El segundo paso es rodearte de un grupo de amigos con los cuales entretenerte y pasar estupendos momentos de diversión. Las bromas cobran peso y así la gente os percibe como personas alegres y predispuestas a “vivir el momento”.
Una vez alcanzados los dos objetivos anteriormente citados, conviene pasar a la acción… Escoger un sitio cómodo y con una excelente visualización para no perder pista del panorama según van pasando las horas. Broncearse con sensualidad mientras se conversa con el amigo y por fin: Levantarse a entablar una conversación, previo pretexto de alguna cuestión, con alguna chica que te ha gustado.
Tienes que ser educado y sutil en el instante que “rompes el hielo”… Pero no te preocupes el ambiente de la piscina o mar te acompaña, bajo el cálido verano, que da pie a un sinfín de situaciones simpáticas.
Cuando hayas conseguido captar la atención de “tu presa”, haz las presentaciones formales al resto de amigos y no dudes en averiguar si hay más chicas, amigas de la que has conocido, en las proximidades.
Ya tienes un macrogrupo ideal para disfrutar del día… No sólo has logrado ligar sino que además has facilitado el camino de la seducción al resto de personas.