Cada pareja posee una escala de valores que aplica a las diversas circunstancias que se le plantean en la vida. Lo importante es que las dos personas integrantes de la relación compartan los mismos o similares principios. De este modo la convivencia se hará más llevadera.
No obstante, se dan situaciones de parejas en las que cada miembro procede de diferentes religiones. Dado el número creciente de población inmigrante en España son frecuentes las relaciones multiculturales. Un buen entendimiento se asienta sobre dos claves: el respeto mutuo y la tolerancia. Un elevado porcentaje de parejas opta por permanecer neutral respecto a la educación religiosa de los hijos… Es conveniente proporcionarles toda la información precisa para que cuando sean adultos elijan ellos mismos.
Hasta hace bien poco, la vida de las sociedades se ha caracterizado por la homogeneidad y estabilidad local. Cada uno vive en su cultura y en su religión, y no tiene experiencia directa de otras culturas o religiones.
La situación ha cambiado profundamente en los últimos tiempos. La mejora y el abaratamiento de los trasportes y de las comunicaciones, el incremento masivo de las migraciones, el turismo, la interrelación creciente, los medios de comunicación social han producido la integración de la humanidad en colectividades cada vez mayores y cada vez más interrelacionadas. Cada vez más el hombre y la mujer de la actualidad están experimentando la convivencia plural.
Para la gran mayoría, las religiones tradicionales han colapsado. Los grandes movimientos ideológicos, que han movido durante un siglo y medio a las sociedades europeas han perdido también su atractivo y su vigencia. Lo que queda son unos principios económicos de mercado y competitividad que se extienden a todos los aspectos de la vida. En definitiva la búsqueda de un deseo de libertad y democracia.