Seguro que alguna vez te lo has imaginado: llega al lugar en el que estás, arrodilla a tus pies y te ofrece su amor eterno pidiéndote que te case con él. ¡Qué bonito! Pero, muchas veces, los sueños… sueños son. En la actualidad se ha perdido mucho del romanticismo que existía antaño, además, hay gente que se caracteriza por su mal gusto. Aquí tienes algunos ejemplos de cómo no se debe pedir la mano a alguien.
– Termina un partido de futbol en el que ha ganado su equipo y te pide que te cases con él. ¿Qué hubiera pasado si su equipo hubiera perdido? Mejor no peguntes.
– De viaje en un inolvidable lugar como Las Vegas, te pide que os caséis en plan Elvis. Sí, sí, pero no sólo con una boda rápida, sino los dos disfrazados de Elvis y Priscilla. Debería saber que tu sueño es casarte de blanco en una bonita iglesia, rodeada de la gente que te quiere.
– Cena de navidad. Imagínate, además a decidido invitar a gran parte de su familia a la que ni siquiera conoces. En medio de la cena se levanta y te pide que te cases con él. ¡Qué bochorno!
– Lo hace a través del móvil estando de despedida de soltero de un amigo. Durante la llamada te cuenta, bastante borracho, que lo ha estado pensando y que él también quiere casarse como su amigo.
– Sabe que tú eres una chica de ciudad, y decide llevarte a un camping, perdido, medio desértico, donde ni siquiera hay baños y donde finalmente comienza a llover y tienes que pasar horas y horas dentro en la tienda de campaña.