Elegir entre unas gafas o unas lentillas se plantea para muchas personas como un auténtico dilema. Acabas de conocer a “esa mujer” que tanto te gusta y desconoces qué efectos provocarán en ella estos ornamentos en tu rostro.
Las ventajas de las lentes de contacto son numerosas. Tienes un corrector de defectos visuales que se sitúa sobre la primera superficie transparente del ojo y flota sobre ella evitando roces. Son lentes especialmente recomendadas para corregir miopías, hipermetropías, astigmatismos, afaquia, queratoconos, etc.
No obstante, existen modelos de gafas que te aportarán un aspecto más interesante, de tal forma que si no las llevaras perderías encanto.
Dependiendo del problema de vista concreto que padeces, optarás por adquirir una tipo de gafas u otro:
1. Gafas de cerca. Indicadas para aquellos que en actividad diaria precisan ver constantemente de cerca. La montura puede ser normal o de media luna (estas últimas sirven para poder mirar por encima de las gafas).
2. Gafas de cristales progresivos. Apropiadas para obtener una visión nítida a cualquier distancia, incluidas las distancias intermedias. La parte superior está graduada para lejos y la parte inferior para cerca. No olvides que necesitarás de un tiempo para aprender a utilizarlas.
3. Gafas bifocales. Ideales para la alternancia entre visión de larga distancia y visión cercana. Como inconveniente señalar que no permiten ver bien a media distancia.
Deseas proyectar lo que eres o en lo que pretendes convertirte. Y tu lema principal e inmediato es “causar sensación” en la mujer de tus sueños. Las miradas adquieren un nuevo color con el ornamento de unas gafas elegantes.
Si ya has decidido seleccionar unas cómodas lentillas que resuelvan tu limitado campo de visión, observa con detenimiento el factor más positivo de unas lentillas blandas: Se adaptan fácilmente al ojo y no se mueven. Además, muchas de ellas son desechables.