El amor es algo que se da libremente, de hecho, el sentimiento empieza a surgir de una forma totalmente natural más allá de toda racionalidad y de toda lógica. Es bonito comprobar que el sentimiento empieza a crecer de forma más o menos equitativa por ambas partes. Sin embargo, no siempre sucede así. Y a veces, la realidad es que se puede comter el error de mal interpretar los sentimientos del otro. Así sucede, por ejemplo, cuando un amigo se enamora de otro. O también, cuando simplemente, tú te fijas en alguien que no se ha fijado en ti.
Existe una situación bastante habitual en algunas personas y es la de el autoengaño. En el momento en que saben que no son correspondidas se conforman, es decir, aspiran a ser amigas de la persona a la que quieren. Detrás de esta actitud existe la falsa esperanza de que los sentimientos del otro cambien y así, poder lograr el objetivo tan noble del amor correspondido. Sin embargo, cuando quieres a alguien como pareja y te dice que sólo te quiere como amigo, lo cierto es que debes mirar por ti y protegerte porque vas a sufrir mucho, por ejemplo, cuando veas que la otra persona se ha enamorado de alguien que no eres tú.
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