Renacer con lo natural


Ya sea en la ciudad o en el campo, cada día tu pareja y tú podéis formar parte de la belleza que entraña sentirse parte de los rituales naturales. Te explicamos cómo conseguirlo:

En la ciudad

1. La naturaleza potencia que todos los jugos interiores de tu cuerpo (la saliva, los jugos gástricos, pancreáticos) se movilicen más fácilmente, y dinamiza tu energía y tu sangre. Antes de desayunar, tu organismo es como un frasco de zumo. Si no lo agitas, está aguado o demasiado concentrado y no cumple su función.

2. Busca tu remanso de paz. A primera hora de la mañana, ve a un parque y programa un recreo diario que te despeje. Inhala y exhala conscientemente, observa tu entorno y siente la energía.

3. Planea un desvío, si no tienes mucho tiempo. Atraviesa un parque o plaza recoleta y observa los árboles y los pájaros, también los balcones abiertos. Inhala los olores de las estaciones.

4. Busca parques con fuentes de agua que no estén estancadas. Recuerda que por dentro somos un río, somos agua que fluye y apenas un poco de materia.

5. Mima tus plantas. Y si no las tienes, pide esquejes, compra bulbos, aprende a cultivar. Es un bonito modo de observar cómo crece la vida y de comprometerse con ella. Ya sabes lo que dice el proverbio chino: “Si deseas felicidad durante una hora, tómate unas copas; si deseas felicidad durante un año, enamórate; si deseas felicidad durante toda la vida, hazte jardinero”.

En el campo

1. Conecta con la naturaleza, con la intención y el hecho. Inhala su oxígeno y ofrécete tu exhalación. Exprésale tu propósito de fusionarte y reírte con ella y, ante todo, de cuidarla.

2. Respira como un globo, con todo el cuerpo, y siente cómo te elevas hacia el cielo. Siéntete libre de nuevo.

3. Camina, corre o danza de forma circular, como circulares son los ciclos de la naturaleza.

4. Tararea un cántico sencillo y armónico buscando una vibración, que tu cuerpo resuene como un instrumento musical más dentro de la naturaleza. Baila a tu propio son sin importante que te miren.

5. Busca los momentos más energizantes, que coinciden con la salida del sol (alta energía) y con el ocaso (baja energía) para armonizar tus ritmos y tus emociones.

6. Disciplina la mente boicoteadora a tu favor. Aprende a sentir que eres único, que posees todo lo que necesitas para vivir y que has nacido para aprender a disfrutar de las cosas y a evolucionar con las dificultades.