Parece que siempre hay consecuencias detrás de cualquier acción que realizamos. Muchas de estas consecuencias no son buenas, principalmente por que la acción que hemos realizado implica algo malo. Un simple malentendido puede hacer que tanto tú como los que están a tu alrededor sufran unas consecuencias nada agradables. Es muy importante, aprender a pedir disculpas.
Cuando aparecen los problemas, lo mejor es disculparse. Una simple disculpa puede hacer ver a tu pareja o a tus amigos que sabes que te has equivocado y que no has sido nada cuidadoso con la situación que estabas manejando. Muchas veces, cuando se mete la pata, la reacción es la de ponerse a la defensiva. Esto, lo único que puede conseguir es que llegues a perder a tu pareja o a tus amigos. Cuando te pones a la defensiva sabiendo que has cometido tú el error debes tener en cuenta que los resultados a largo plazo pueden ser nefastos.
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