Apatía amorosa del invierno


El invierno y las bajas temperaturas influyen mucho en el estado de ánimo y en la vida social de una persona. De este modo, el carácter cambia y las preferencias también. De hecho, por ello, la primavera está considerada la época del amor. Porque con el cambio de estación, y las largas horas de sol, es mucho más habitual quedar con la gente da igual que sea lunes o sábado.

Por el contrario, en el invierno, muchas personas necesitan dormir mucho más, pasan más tiempo en casa, se sienten con poca receptividad hacia los planes de ocio. Uno de los peores meses, en este sentido, es el final de noviembre y diciembre. Y eso que la Navidad produce el efecto positivo de las reuniones familiares en casa. Sin embargo, los deseos de enamoramiento pueden brillar por su ausencia en el invierno en personas que de por sí son enamoradizas.
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