Estar con un rompecorazones puede ser muy especial en un primer momento, porque de normal, ante alguien que se considera difícil y exigente para tener una relación duradera, la otra parte, se siente especial por haber logrado despertar en un reto difícil el interés necesario como para tener un romance. El ego, visto desde una perspectiva positiva, hace que una persona se sienta capaz de ser diferente a las conquistas previas, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, la historia suele terminar siempre del mismo modo. De ahí, que la fama de un rompecorazones cada vez es más extendida y se consolida de una forma más que evidente.
Lo curioso es que a pesar de la fama del perfil de este tipo de personas, nunca les suelen faltar pretendientes. Por supuesto, existen rompecorazones chicos y también, chicas porque la actitud ante el amor no entiende de género. ¿De dónde procede el éxito de los rompecorazones? Se piensa que si tantas personas han caído presas de su amor será por algo, es decir, tendrán algo realmente interesante que ofrecer. Sin embargo, sus técnicas de seducción suelen ser las mismas con todas sus conquistas.
Los rompecorazones son personas que se agobian y se estancan en una relación a largo plazo, por ello, pierden el interés una vez que ya han conseguido el objeto de deseo. El interés decrece en la medida en que ese objeto de deseo es ya una realidad. Ante un rompecorazones lo mejor es tener prudencia, y nunca creer que cambiará por ti. Es verdad que las personas pueden cambiar pero lo harán por ellas mismas en caso de que quieran hacerlo. Para reflexionar sobre cómo es un rompecorazones puedes disfrutar de una película fantástica: Cuando menos de lo esperas. Un rompecorazones es aquel que tiene un currículum sentimental interminable.