El juego de la seducción


La seducción es un verdadero arte, y a la vez, también un juego en el que debes disfrutar y relajarte con esa práctica tan habitual del coqueteo. Es decir, no siempre un proceso de seducción culmina en una relación de amor. Algunas personas seducen tanto con su carisma que prácticamente no tienen que hacer nada, su simple presencia se nota de una forma positiva al llegar a un lugar determinado.

A la hora de seducir, la mirada ocupa un lugar prioritario ya que a través de los ojos se puede expresar el deseo. Pero también, se deja un amplio margen a la imaginación y a la fantasía en tanto que el otro puede imaginar qué hay detrás de esa mirada de misterio. Además, también existen personas que logran triunfar gracias a su sentido del humor. La verdad es que la risa es uno de los mejores regalos de la vida y de hecho, muchos actores aseguran que es más difícil hacer reír que hacer llorar. Por tanto, en la seducción, la complicidad que genera una sonrisa natural es síntoma de que la otra persona está bien contigo y se muestra receptiva al amor.

Existen verdaderos seductores que tienen un alto dominio del lenguaje romántico, de la comunicación y utilizan las palabras adecuadas en cada momento. En este sentido, el piropo y el halago se convierten en una fórmula perfecta a la hora de hacer sentir especial a la otra persona. Debe de ser algo natural, es decir, en caso de que caigas en el error de adular por adular, muy pronto se notará que es artificial.

En ese proceso de seducción, debes hacer sentir a la otra persona súper especial, es decir, debe de ser consciente de que es la única persona que te genera interés romántico al cien por cien. El arte de la seducción se puede ir perfeccionando a lo largo de los años a través de la experiencia.

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