Estar enamorado es bonito porque la vida adquiere una intensidad todavía más notable en medio de esa ilusión inicial que mueve tu corazón en positivo. El deseo de estar enamorado surge de una forma muy natural en una persona que puede echar de menos ese estado de plenitud interior marcado por la euforia, la alegría, el pensamiento positivo, las ganas de vivir de verdad… El deseo de estar enamorado es humano, pero no se fuerza. Es decir, las cosas llegan cuando tienen que llegar, y pasan cuando tienen que pasar.
Por mucho que uno mismo se esfuerce en forzar la situación, puede que la desesperación haga estragos. Sin embargo, sí es verdad que cuanto más receptiva está una persona para encontrar el amor, más opciones tiene de enamorarse en ese momento porque está abierta a ello. Es decir, tiene la puerta abierta a esta posibilidad. Pero de forma contraria, también puede sufrir mucho más al ver que eso no sucede. Lo más importante es que cada persona aprenda a valorar su realidad tal y como es. Dando valor a lo que ya se tiene e intentando no echar de menos lo que no se tiene ya que esta es en la gran mayoría de los casos, una fuente de desgracias y de sufrimientos.
El deseo de estar enamorado también es bonito y síntoma de salud emocional, porque muestra que una persona ya ha superado y ha dejado atrás todas las heridas del pasado. Se ha recuperado de las decepciones y ha tomado las riendas de su vida en positivo. Por tanto, una persona con deseos de enamorarse está curada de toda herida anterior. O al menos, está en proceso de estarlo.
Estar enamorado o no estarlo no condiciona la felicidad en tu vida, al menos, tienes que intentar ir más allá de esta cuestión para poder ser tú mismo y dar gracias a la vida, siempre.