La seducción es estrategia sutil con un claro objetivo final: tener relaciones sexuales con alguien. El deseo sexual es poderoso. Para algunas personas puede ser tan poderoso como el comer o el respirar. La seducción puede llegar a ser definida como el camino que se toma para alcanzar la satisfacción sexual. Para algunos, la emoción de la seducción radica en la persecución en lugar de en la conquista.
El entusiasmo de querer y buscar alguien puede dar una sensación de satisfacción en sí mismo. Para otros, la emoción de electricidad que rodea este acto, proviene de saber que las atenciones sexuales de otra persona se centran en ellos. Los que gozan a fondo de la persecución, son generalmente personas con un montón de confianza en sí mismas. Esta confianza puede aumentar con la probabilidad del éxito. Los que tienen menos confianza suelen encontrar el arte de la seducción mucho más difícil.
¿Cómo se puede convencer para tener sexo si te ves como poco atractivo? Es importante que elijas a la persona adecuada para seducirla. Esto es más una cuestión de instinto que otra cosa, pero la mayoría empieza este “trabajo” manteniendo una conversación con esa persona que en un primer contacto visual nos ha parecido atractiva físicamente.
Una vez que haya buscado a la “presa”, hay que decidir si es el momento de empezar a seducirla. Si enseguida notas que la situación es retroalimentada continua. Pero, ¿cómo sabes que le interesas? Las mejores pistas provienen de leer el lenguaje corporal. Las señales no verbales son los mejores indicadores para saber que ritmo hay que llevar.