El patinaje masculino


La mayoría de los hombres presumen de ser los más fuertes y los más deportistas. Es más, muchos de ellos disfrutan compitiendo con otros hombres e incluso – o mejor dicho, sobre todo – con mujeres. Y si esas mujeres son su novia, pareja o esposa, mejor que mejor. Aunque una mujer se machaque en el gimnasio a diario, el día que su novio le echa una carrera en la playa siempre pierde. Y mi duda es ¿son realmente más rápidos?, ¿o es que ellas no se esfuerzan lo suficiente porque dan por hecho que no van a ganar? Nunca lo sabremos.

En lo que no hay duda posible es en el patinaje, ese deporte odiado por todos los hombres del mundo. Dejando a un lado a los que se dedican profesionalmente a ello, creo que pocas conocieron a un hombre al que le gustara patinar… es más, la mayoría de los que ceden a comprarse unos patines – después de que su novia o mujer le insista durante meses – termina guardándolos en una esquina del trastero o regalándoselos a alguna amiga de su pareja…

Después de mucho reflexionar acerca de este asunto he llegado a una conclusión: no es que no disfruten patinando, es que hay algo en su cerebro que les impide hacerlo con rapidez y soltura y, una vez que lo descubren, dejan de practicarlo porque son incapaces de aceptar que sea una mujer la que les enseñe algo tan masculino como hacer deporte. Por eso, los mejores consejos que podemos dar son:

1.- A no ser que te encuentres en una buena posición económica no permitas a tu novio o marido comprar unos patines sin antes probar los de otro.

2.- Si la segunda vez que un hombre prueba unos patines no consigue ni siquiera deslizar los pies por la pista, no insistas más y dedícate a patinar sola o con otras mujeres si quieres evitar discusiones absurdas.

Conflictos,
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