El corazón humano se reinventa a sí mismo al compás de la vida que lejos de planes guionizados solo admite la improvisación de ir desvelando las señales del camino. La experiencia humana muestra que detrás de una puerta que se cierra se abre otra ventana y que incluso quien creías que sería inolvidable, queda en el olvido en algún momento porque alguien mejor llega a tu vida. ¿Por qué el corazón humano vuelve a confiar a pesar de todo?
Porque tú no tienes todas las respuestas
Existen personas que hacen deducciones generales a partir de un hecho particular y se colocan en una posición vital de defensa a partir de un desencanto personal. Todo ser humano ha sufrido por una causa u otra a lo largo de su vida. Lo que diferencia a los optimisas de los demás es que sonríen a pesar de todo. Lo que no significa que no sean conscientes de sus heridas pero también son capaces de ver aquello que está por venir.
Porque a lo mejor no era amor
El ser humano vuelve a ilusionarse después de una decepción importante porque con frecuencia las personas utilizan términos equivocados para nombrar un sentimiento. Con frecuencia, las personas llaman a amor a algo que solo era dependencia, a un apego, a un sentimiento de cariño cercano al amor pero no equiparable a él.
Seguramente, una de las razones por las que los seres humanos vuelven a enamorarse después de una decepción es porque no se dan por vencidos en la aventura de conocer el verdadero amor.
El amor no se elige
Nadie decide de quién se enamora, ni cuándo, ni cómo. El amor es algo que trasciende a la voluntad a nivel individual. El amor real es aquel que surge, incluso, en contra de tu propia voluntad en un momento que trastoca tus planes. El amor te saca de tu zona de confort porque el corazón cambia de una forma radical gracias a la nueva luz que surge de la esperanza de la correspondencia mutua.