Cada enlace nupcial es la expresión de una historia única. Sin embargo, más allá de los detalles particulares de cada evento, existen situaciones frecuentes durante la organización de la boda.
1. Objetivos diferentes en torno al gran día
El amor correspondido puede alimentar el deseo de asumir un compromiso matrimonial. Aunque la forma en la que cada uno visualiza el gran día puede distanciarse de las expectativas de su compañero de vida. Es decir, las diferencias pueden hacer acto de presencia durante la organización de la celebración.
2. La boda parece un fin en sí mismo
La decisión de contraer matrimonio muestra el deseo de compartir un proyecto de futuro. La boda es una celebración que tiene un gran valor emocional. En ocasiones, es posible cometer el error de visualizarla como si fuese una meta definitiva, cuando en realidad es un paso más en la historia de amor.
3. La boda se convierte en el tema principal
Un proyecto de boda une a las parejas en torno a la ilusión de un día especial. Pero dicha celebración puede llegar a eclipsar otros aspectos relevantes del presente a corto plazo. Así ocurre cuando la boda se convierte en el tema de conversación habitual.
4. Imprevistos que producen emociones desagradables
Los imprevistos producen incomodidad, especialmente, cuando la pareja no ha contemplado previamente posibles soluciones ante ese tipo de incidente. Los imprevistos parecen romper el guion de la planificación inicial. Son obstáculos que pueden producir estrés.
5. Discusiones de pareja
La celebración de la boda es motivo de felicidad para los enamorados que deciden casarse. Durante el proceso previo también pueden producirse discusiones que, en algunos casos, llegan a preocupar a las parejas. Ten en cuenta que también se producen rupturas a pocos meses del «sí quiero». Una decisión que pone de manifiesto el cambio de opinión respecto al deseo de compartir un futuro en común.
Estas son cinco situaciones frecuentes durante la organización de la boda, pero cada historia es única en sí misma.