Amores imposibles


En realidad el término “amores imposibles” quiere decir “historias de amor difíciles de alcanzar”. Lucha con todas tus fuerzas por lo que quieres y deseas… “Tirar la toalla” antes de tiempo te dejará derrotado y sin ganas de vivir.

Existen diferentes circunstancias que hacen que una relación se convierta en un “amor imposible” pero la verdadera entrega no conoce de barreras económicas, estéticas, de distancia, por un tercero.

La cuestión es que la cosa se complica cuando las dos personas que se aman ya han contraído matrimonio anteriormente con sus respectivos. Esto es, un nuevo bocado de pasión se ha instalado en sus corazones al conocer de la manera más inesperada a esa persona tan especial.

¿Y cómo actuar en dicha situación? Queda la opción de llevar una doble vida y ocultar los auténticos sentimientos al marido o esposa… Pero, ¿es esto una decisión saludable para el equilibrio psicológico? Además, alguien a quien amas debe recibir una plena dedicación.

En la actualidad, las aventuras parecen la solución a los problemas de pareja. Sin embargo, una cosa es un “affaire” y otra muy distinta es enamorarse. Sin amor, los remordimientos no aparecen, ya que la relación se enfoca desde un punto de vista de mera atracción física.

Nadie quiere enamorarse de alguien que está comprometido, pero el amor no se atiene a razones. Porque no lo sabía, porque eran compañeros de trabajo, porque no conocía a la otra, porque pasaban mucho tiempo juntos… Estas son algunas de las justificaciones más comunes de las mujeres que se han enamorado de hombres casados y viceversa.

En repetidas ocasiones cuando hay hijos por medio, se prefiere mantener las dos relaciones de forma simultánea. Una ruptura con la madre o el padre de tus hijos, todavía pequeños, puede resultar traumática para toda la familia. Sin embargo, las terceras personas implicadas se ven a sí mismas como secundarias y esto acarrea sufrimiento. Sea cual fuera la decisión que tomes, trata siempre de hacer el menor daño posible y jamás olvides que la mentira no es buena compañera de viajes.

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