Una historia de amor no avanza sin valentía, es decir, si en algún momento una de las dos personas tiene la valentía de pedir una cita. Dicha valentía es mejor que la relativices, de lo contrario, nunca darías el primer paso. ¿Qué pasa porque una persona te diga que no quiere quedar contigo? Nada, tu valor sigue siendo el mismo. Es más, cuando alguien te dice que no te está ahorrando tiempo, por lo que, también tienes más información para alejarte de esa persona y buscar a tu verdadero amor.
Pero la realidad es que también existen muchas opciones de que la otra persona te diga que sí. Especialmente, si empiezas a tener señales de correspondencia. Ayer me contaron una historia que la verdad es que me gustó mucho. La de un chico que se fijó en una chica que trabajaba en una panadería. No le conocía de nada más pero un buen día, por fin, se atrevió a decirle de quedar. Y la respuesta que obtuvo fue afirmativa.
Pongo este ejemplo en concreto y no otro porque muestra que a veces, el mayor problema en el amor es el de dar demasiadas vueltas a la cabeza. El de pensar en todos los posibles inconvenientes que a lo mejor nos encontramos en el camino en vez de pensar, sencillamente, en que todo irá bien. Además, cuando le dices a una persona de quedar a tomar un café, que te dé su correo o su teléfono móvil no le estás hablando de tus sentimientos. Simplemente, estás mostrando interés.
La valentía en el amor se puede tomar como una fuente de motivación, como un obstáculo a superar que cuando lo has pasado causa una felicidad que puede durarte mucho tiempo cuando se trata de una persona que te gusta de verdad. Esa es la clave, pensar en qué es lo que sientes por esa persona porque si de verdad te importa, entonces, sencillamente, tienes que arriesgarte si no quieres llegar a los ochenta años y arrepentirte por no saber qué hubiese pasado en caso de arriesgar.