Apatía amorosa del invierno


El invierno y las bajas temperaturas influyen mucho en el estado de ánimo y en la vida social de una persona. De este modo, el carácter cambia y las preferencias también. De hecho, por ello, la primavera está considerada la época del amor. Porque con el cambio de estación, y las largas horas de sol, es mucho más habitual quedar con la gente da igual que sea lunes o sábado.

Por el contrario, en el invierno, muchas personas necesitan dormir mucho más, pasan más tiempo en casa, se sienten con poca receptividad hacia los planes de ocio. Uno de los peores meses, en este sentido, es el final de noviembre y diciembre. Y eso que la Navidad produce el efecto positivo de las reuniones familiares en casa. Sin embargo, los deseos de enamoramiento pueden brillar por su ausencia en el invierno en personas que de por sí son enamoradizas.

El hecho de que los días sean más cortos también produce cierta tristeza y sensación de soledad. En los pueblos pequeños, poner un pie en la calle a las seis implica que todo esté desierto. El ritmo de vida de la ciudad es diferente, y por estas fechas, se compensa el mal tiempo con el alumbrado navideño típico que ya se ha inaugurado en varias ciudades españolas.

¿Cómo lograr tener un final de otoño y un invierno saludable? Pensando en positivo, buscando planes de ocio alternativos, por ejemplo, participar en los actos culturales de la ciudad, dar un paseo en las horas de luz solar, tener una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea, dormir bien y descansar. Cada estación del año tiene su efecto positivo sobre el estado de ánimo, por ejemplo, el otoño y el invierno son excelentes para poner en práctica la introspección, la reflexión interior y la meditación. ¿Qué opinas sobre esta cuestión?

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