Existen personas que tienen una noción equivocada de la superación personal. Por mucho que tú quieras ayudar a alguien, no podrás a menos que esa persona desee cambiar por sí misma. Aunque te gustaría que tu pareja fuese diferente en ciertos aspectos, debes aceptarle hasta que decida apostar por el cambio o seguir así para siempre. La libertad individual es única e intransferible. Por ello, la coacción o la presión externa no son buenas consejeras en las relaciones interpersonales, porque al final, la otra persona termina sintiéndose como poco valiosa.
Además, en el plano del amor, muchas personas, especialmente, mujeres, tienden al autoengaño de creer que él cambiará por ellas. De hecho, muchas de las cosas que no se tienen en cuenta en el noviazgo, luego se convierten en manías que resultan insoportables de la personalidad ajena. En ese caso, haz memoria y recuerda los motivos por los que te enamoraste para poder recuperar la ilusión por la otra persona y volver a compartir.
Cada ser humano es único e irrepetible, sin embargo, más allá de las diferencias todos somos más parecidos de lo que parece a simple vista. Sin duda, conviene tener en cuenta que una persona no te quiere más o menos por el hecho de cambiar o no cambiar. La realidad es que cada ser humano ama a su modo, y tal vez, aunque ni siquiera lo sienta así, el otro esté dando lo mejor de sí mismo.
En general, cometemos el error de esperar que las demás personas se comporten tal y como nosotras lo haríamos en esas circunstancias. Pero en vez de quedarte con la frustración que a veces produce ver que no es así, quédate con la maravilla de la libertad humana que también te sorprende en el momento más inesperado. Gracias a que son diferentes, tu pareja y tus amigos pueden aportarte cosas buenas.