La ruptura se produce en un momento determinado, sin embargo, este pensamiento ha ido madurando poco a poco en el corazón de uno o de ambos protagonistas. Esta fase previa de la relación es significativa por su vinculación con el desenlace. ¿Cuáles son los errores que pueden producirse en esta etapa?
Precipitación en la decisión
Algunas personas toman la decisión repentina de la despedida, sin embargo, poco tiempo después se arrepienten y buscan una segunda oportunidad. Si te encuentras en esta situación, intenta tomarte tu tiempo para reflexionar sobre cuál es tu decisión. No se trata de prolongar el tiempo hasta el infinito antes de dar el paso, pero tampoco es una cuestión que deba decidirse con prisa.
Pensar más en la otra persona
Es positivo que tengas empatía con aquello que siente la otra persona, pero eso no debe alejarte de aquello que tú sientes. El miedo a herir al otro puede hacer que alguien prolongue esta etapa de la relación con la esperanza de volver a enamorarse. Sin embargo, es importante que escuches tus sentimientos. Piensa en tu pareja, pero también en ti.
Evitar esa conversación pendiente
Por incómoda que resulte la situación, aquello que oculta el silencio está interfieriendo de manera negativa entre los dos. Cuando expreses aquello que está afectando tu mundo interior, te sentirás mejor por la libertad que produce la sinceridad con uno mismo y con el otro.
Hacer promesas
En la mayoría de las ocasiones, la persona no tiene una mala intención cuando hace una promesa en un momento en el que tiene dudas. Sin embargo, el efecto de esta promesa no solo rompe las expectativas del otro sino que también se vuelve contra uno mismo cuando el protagonista se siente desbordado por la responsabilidad de unas palabras que no siente de una manera tan profunda.