En la vida hay temporadas de miedos, dudas, inseguridades y también, fracasos. Sin embargo, también existen momentos de esperanza, ilusión, fuerza y vitalidad. De hecho, el cerebro humano tiene capacidad de borrar en cierto modo lo negativo (o al menos reducirlo) para dar más importancia a las cosas positivas de la vida. Hay veces que no valoramos lo que tenemos porque lo damos por supuesto. Sin embargo, es una suerte tener salud, una familia, vivir en una casa bonita, en una ciudad que te gusta, o poder contar con amigos…
Pues bien, dentro de toda la perfección ideal que a veces tiene la vida, destaca el valor de la pareja como un plus que aporta bienestar y tranquilidad. Ese plus sólo viene dado por una pareja a largo plazo. Es decir, cambiar de novio o de novia cada tres meses sólo causa inestabilidad emocional y es un síntoma evidente de no saber estar sólo.
Cunado la vida te sonría no pienses en los momentos de tormenta. Ya sacarás el paraguas cuando lleva. Cuando haga sol en tu mapa mental, disfrútalo. Y céntrate en el sabor dulce de ese amor que tienes ante ti. Lo peor de todo es que a veces, muere la esperanza y la fe en encontrar a una persona especial cuando has pasado por muchas decepciones y has depositado expectativas. Sin embargo, el hecho de que en más de una ocasión hayas sufrido no quiere decir, que no pueda aparecer alguien que de verdad te valore y esté a tu lado.
Tal vez encontrar el verdadero amor tenga mucho que ver con la suerte. En el mundo existen muchos miles de personas por ello, es más difícil saber quién será tu media naranja, en caso de que creas en ella. De cualquier modo, si crees en el amor, no dejes de buscar.