Cuándo hacer terapia psicológica por un desamor


La mayoría de las personas sanan las heridas del desamor haciendo un proceso de duelo natural tras la ruptura o la experiencia de un amor no correspondido. Sin embargo, puede suceder que una persona sienta que no puede superar por sí misma un malestar emocional que se torna crónico. Así ocurre cuando pasan los meses e incluso, los años, y la persona sigue estancada en el mismo punto. En este tipo de situaciones, el apoyo de la familia y amigos, no es suficiente, y el paciente necesita un apoyo emocional especializado. ¿Cuándo hacer terapia psicológica por un desamor?

Cuando pasan los meses y el desamor ha afectado además de una forma negativa a otros ámbitos de la vida, pudiendo producir, por ejemplo, dificultades de concentración en el trabajo, falta de motivación en actividades que antes eran causa de disfrute, pérdida de amigos y sensación de soledad. Cuando la persona siente que no tiene el control sobre sus circunstancias y siente que necesita ayuda para retomarlo. Cuando los pensamientos negativos sobre el amor condicionan la felicidad presente y futura.

Adoptar una forma de pensar más constructiva

En ese caso, una terapia psicológica puede ser terapéutica para eliminar creencias irracionales, afianzar el hábito del optimismo y alimentar la autoestima. De hecho, muchos de los pacientes que inician una terapia psicológica con el propósito de superar un desamor toman esta decisión porque tienen la autoestima por los suelos.

La experiencia traumática de un desamor también puede producir depresión en algunos pacientes. En ese caso, los síntomas de llanto frecuente, desánimo elevado, falta de interés por los planes sociales, cansancio psicológico y miedo deben dar la voz de alarma ante la necesidad de ayuda emocional.

En qué ayuda la terapia psicológica

Uno de los beneficios más importantes de una terapia psicológica es que el paciente cambia de rol y adopta un papel activo como agente de cambio en su propia vida. Por otra parte, cada pequeño paso que da en su mejoría, se convierte en el mejor premio y en el mayor aprendizaje de vida.

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